La Fiscalía del la Corte Penal Internacional (CPI) informó que “evaluará de forma independiente” los posibles crímenes de guerra perpetrados por militares británicos en Irak y Afganistán, según datos filtrados por la prensa local que el gobierno había mantenido en secreto.
La Fiscalía del tribunal con sede en La Haya señaló que los datos revelados por el diario Sunday Times y el programa Panorama de la BBC podrían ser “muy relevantes” para la decisión de abrir o no una investigación formal, informó la agencia de noticias Europa Press.
La investigación sacó a la luz hoy que el gobierno británico mantuvo -y sigue manteniendo- en secreto documentos en los que altos rangos del Ejército británico encubrieron crímenes de guerra por parte de sus tropas en sus campañas en Afganistán e Irak.
El equipo de Alegaciones Históricas de Irak (IHAT, por sus en inglés), que investigó presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas británicas durante la ocupación de Irak, y la Operación Northmoor, que se encargó de hacer la pesquisa en Afganistán, acercaron evidencia a las investigaciones.
Los medios británicos informaron además que las pruebas que implican a los soldados británicos en el asesinato de niños y la tortura de civiles fueron encubiertas por comandantes militares.
La investigación señaló asesinatos por parte de un soldado de (Servicio Aéreo Especial) SAS y muertes bajo custodia, así como golpizas, tortura y abusos sexuales de detenidos por miembros de Black Watch, un batallón de infantería del Real Regimiento de Escocia.
Los detectives militares también descubrieron acusaciones de falsificación de documentos lo suficientemente graves como para merecer el enjuiciamiento de oficiales de alto rango, agregaron los medios citados.
Durante la investigación de la BBC Panorama y el Sunday Times, que llevó más de un año, se logró entrevistar a 11 detectives británicos que dijeron haber encontrado evidencia creíble de crímenes de guerra que deberían haber sido procesados por asesinatos, informó la BBC.
Las pruebas surgieron durante dos investigaciones sobre crímenes de guerra -una denominada Operación Northmoor sobre Afganistán y otra relativa a Irak-, que al parecer fueron cerradas en 2017, durante el gobierno de la conservadora Theresa May, por el entonces ministro de Defensa, Michael Fallon, antes de que el caso llegase ante la Justicia, indicó el Sunday Times.
Fallon rechazó la acusación por falta de fundamento de un patrón de encubrimientos.
“Decisiones clave fueron retiradas de nuestras manos. Hubo presión del ministerio de Defensa para cerrar los casos lo más rápido posible”, afirmó uno de los investigadores.
La operación Northmoor fue establecida en 2014, durante el gobierno del conservador David Cameron, y analizó 52 presuntos asesinatos ilegales.
Su cierre fue anunciado por el gobierno antes de que los detectives de la Real Policía Militar incluso tuvieran la oportunidad de entrevistar a los principales testigos afganos.