Manifestantes prodemocráticos de Hong Kong se enfrentaron hoy con policías en una universidad y paralizaron el distrito financiero de la ciudad-estado china, extendiendo uno de los mayores espasmos de violencia en más de cinco meses de caos político.
Los choques llegaron un día después de otro particularmente brutal en que un policía baleó a un manifestante y un hombre se prendió fuego, y que provocó llamados a la calma de Occidente pero también otro rechazo de China a críticas a su política en Hong Kong.
El epicentro fue la Universidad China de Hong Kong, donde las usualmente plácidas colinas cubiertas de césped se transformaron en escenarios de auténticas batallas campales que duraron varias horas.
La policía disparó repetidas ráfagas de gases lacrimógenos y balas de goma contra cientos de manifestantes que respondían tirándoles ladrillos y bombas incendiaras, en escenas que eran transmitidas en vivo por los canales de noticias.
Los choques se extendieron bien entrada la noche, pese a los esfuerzos de personal docente que trataba de mediar. Grandes llamaradas iluminaban el cielo nocturno y densas nubes de humo irritante.
En un punto, la policía comenzó a replegarse mientras un carro hidrante trataba de mantener a la multitud a raya.
A la medianoche, el campus seguía bajo control de los manifestantes, parapetados detrás de objetos que usaban como escudos improvisados.
Luego de meses de limitar sus protestas a los fines de semana, los activistas han llamado desde las redes sociales a una nueva táctica de manifestaciones durante la semana laboral.
En los últimos dos días, y sin previo aviso, manifestantes han cortado calles en la hora pico de la mañana, arrojado objetos a vías de trenes y retenido formaciones del subte, provocando serios trastornos de tránsito en toda la ciudad.
En el Distrito Central, el frenético centro comercial y de negocios de Hong Kong, lleno de rascacielos, centros comerciales ostentosos y hoteles de lujo, miles de oficinistas bloquearon calles hoy por la mañana.
“¡Luchen por la libertad, defiendan a Hong Kong”, cantaban.
Cientos de manifestantes violentos tiraron ladrillos contra policías que los hicieron retroceder arrojando gases lacrimógenos, informó BBC.
Las autoridades han condenado varias veces la violencia, pero no han tenido la capacidad o la voluntad de hallar una solución a la crisis.
“El estado de derecho ha quedado al borde del colapso”, dijo hoy el vocero policial Kong en una conferencia en la que volvió a defender el uso de la fuerza por la policía, una de las principales quejas de los manifestantes.
Las protestas en Hong Kong comenzaron en junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos.
Beijing administra la ciudad bajo un modelo especial conocido como “un país, dos sistemas”, que concede a los hongkoneses libertades que no existen en otras partes de China, desde la devolución de la ex colonia británica, en 1997.
Pero con el correr de los años ha ido creciendo un fuerte descontento ante señales de que Beijing quiere mermar esas libertades.
Los manifestantes han presentado una lista de exigencias, como la renuncia de la jefa de gobierno local, Carrie Lam, sufragio universal e investigación de casos de abusos policiales.