La decisión del líder de la Liga, Matteo Salvini, de renunciar a su inmunidad para ser procesado por impedir el desembarco de 131 personas, ha renovado el debate sobre la inmigración en Italia, en momentos en que la coalición de Gobierno se ha debilitado con la renuncia de Luigi Di Magio.

Salvini, un carismático político de extrema derecha que no ha dudado en citar al dictador Benito Mussolini, está involucrado en un caso que la justicia cataloga como “secuestro de personas”.

Por orden de este dirigente, que era viceprimer ministro y ministro del Interior (cargos que ocupó al mismo tiempo entre junio de 2018 y agosto de 2019), el grupo de inmigrantes permaneció detenido varios días a bordo de un barco de la guardia costera, en el puerto de Augusta, Sicilia, en julio.

Para algunos analistas su postura de renunciar a su inmunidad tiene una mirada electoral, ya que mañana se realizarán elecciones regionales en la norteña región de Emilia Romaña, Bolonia, controlada por la izquierda desde 1970.

En esa zona, considerada la segunda más rica de Italia, se definirá el futuro del gobierno que encabeza el primer ministro, Giuseppe Conte, líder de la coalición formada por Partido Democrático (PD), de centroizquierda, y el Movimiento Cinco Estrellas (M5E).

Salvini, de 43 años, apoya el proteccionismo económico y suele criticar a la Unión Europea (UE), pues considera que Italia debe “recuperar su soberanía económica”.

Admira tanto al presidente estadounidense, Donald Trump, como al líder ruso, Vladimir Putin. Y cree que con su mensaje de “mano dura” le espera un futuro promisorio en la política italiana.

Su estrategia para los comicios de mañana se vio favorecida esta semana con la renuncia de Di Maio a la presidencia del M5E, principal fuerza de gobierno, aunque permanecerá como ministro de Asuntos Exteriores.

Di Maio, de 33 años, fue elegido presidente del M5E en 2017 cuando obtuvo casi el 80% de los votos en la interna que disputó con el fundador de este agrupación, el cómico Beppe Grilo.

Si la Liga de Salvini gana en la región de Emilia Romaña, podría reclamar la convocatoria a comicios anticipados, ya que su victoria debilitaría a la coalición de gobierno que encabeza Conte.

A principios de agosto, Salvini impulsó la caída del primer ministro al promover una moción de censura, para forzar la convocatoria anticipada a unas elecciones en las cuales se consideraba favorito.

De todos modos, y a pesar de que Conte renunció a su cargo acusando a Salvini de “irresponsabilidad constitucional”, el M5E y PD le pidieron que volviera a ser primer ministro de Italia.

Salvini, por otra parte, es rechazado por el movimiento espontáneo de jóvenes llamado “Sardinas”, que promueve el respeto a los inmigrantes y a los derechos humanos y que a menudo cantan el recordado himno de la resistencia antifascista, “Bella Ciao”.

En diciembre, miles de personas se reunieron en la norteña ciudad de Milán para repudiar las políticas nacionalistas del líder de la Liga, con carteles que hacían mención al popular pez.

Precisamente, Salvini construyó su popularidad manifestándose en contra de la inmigración ilegal, en medio de la depresión económica que sufre Italia.

Su discurso combina lo social con el conservadurismo, tras pasar la Liga de obtener el 4% de los votos en las elecciones del 2013 a un 33% en elecciones europeas de mayo de 2019.

Muchos consideran que el movimiento antifascista de las “sardinas”, que nació en noviembre en la plaza Maggiore de Bologna, es el único que puede hacer frente al extraordinario poder de convocatoria en las calles que tiene este político ultraderechista.

“Italia es prácticamente el único país que recibe a los inmigrantes que llegan del norte de África y de Medio Oriente. Significa un gran esfuerzo traer a la gente que encuentran en los botes, darles servicios médicos y después alojarlas, por más que el resto de los países europeos manden dinero”, dijo a Télam Abraham Sylberman.

Para este analista, que es profesor de Historia de la Universidad de Buenos Aires (UBA), los inmigrantes “antes de ser musulmanes, son seres humanos. La raíz del problema radica en las políticas que hubo en el mundo europeo y Estados Unidos hacia los países africanos a través de los siglos”.

Hay otro tema que caracteriza el discurso de Salvini: su mención a Mussolini, ejecutado en Milán por orden de la Resistencia Italiana el 28 de abril de 1945, junto a su amante Claretta Petacci y otros ex jerarcas fascistas.

El 29 de julio de 2018, Salvini no tuvo empacho en citar una frase de Mussolini, cuando señaló vía twitter: “Tanto nemici, tanto onore (muchos enemigos, mucho honor).

Sus declaraciones causaron indignación. Sin embargo, “il Duce”, como le decían al dictador, es venerado aún en varias regiones de Italia.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/202001/426855-matteo-salvini-y-la-batalla-contra-la-xenofobia-en-italia.html

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