En un mensaje a los medios de comunicación en el que no aceptó preguntas, McAleenan explicó que está “buscando conversar” con los otros países centroamericanos para que todos “asuman una responsabilidad regional”, informó la agencia de noticias EFE.

Guatemala, un paso obligado de los centroamericanos que quieren llegar por tierra y a través de México a la frontera sur de Estados Unidos, firmó el viernes pasado un convenio con esa potencia que obligará a todos esos inmigrantes a pedir asilo en Guatemala, en vez de en territorio estadounidense, como intentan hacerlo ahora.

La firma del acuerdo entre Guatemala y Estados Unidos estuvo plagada de polémica ya que el Tribunal Constitucional lo retrasó por un recurso y, finalmente, el gobierno de Jimmy Morales presionó para aprobarlo, acosado por la amenaza explícita del presidente Donald Trump de imponer sanciones comerciales, el mismo método que utilizó con México unos meses antes.

Esta semana, el gobierno de México celebró que el número de inmigrantes centroamericanos que ingresan al país para cruzar el territorio y llegar a la frontera estadounidense descendió desde la firma de su acuerdo migratorio con Washington.

Para disuadir a miles de inmigrantes centroamericanos, México militarizó su frontera sur con Guatemala y la norte con Estados Unidos, además de aprobar una partida millonaria de ayuda para crear empleo en ese país centroamericano.