El presidente del gobierno español y candidato socialista, Pedro Sánchez, se jactó hoy de controlar la Fiscalía del Estado tras prometer que traerá de regreso a España al ex presidente Carles Puigdemont para que sea juzgado, lo que provocó una polémica que profundizó su choque con los independentistas en la recta final de la campaña de las elecciones de este domingo.
En plena competencia con la derecha por el voto anti-independentista, Sánchez ya había sorprendido el lunes último durante el único debate electoral de la campaña al prometer que Puigdemont volverá a España para ser juzgado por sedición y malversación, como el resto de políticos presos.
El líder socialista aprovechó para criticar al Partido Popular (PP), entonces en manos de Mariano Rajoy, por dejar “escapar” a Puigdemont, y acto seguido se comprometió solemnemente a “traerlo” para que “sea juzgado por la justicia española”.
La afirmación polémica de Sánchez tuvo respuesta en el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, quien le recordó que en todo caso la extradición del político secesionista dependerá de la decisión de los jueces.
Los dichos del socialista también provocaron estupor en el independentismo.
El propio Puigdemont, quien se encuentra en Bélgica desde hace dos años y está pendiente de que se resuelva el tercer pedido de extradición en su contra, preguntó vía Twiter a Sánchez si lo iba a “secuestrar”.
La polémica escaló un poco más hoy cuando el candidato a la reelección por el Partido Socialista (PSOE) vinculó su promesa al control que ejerce el gobierno sobre la Fiscalía, según explicó en una entrevista con Radio Nacional de España (RNE).
Sánchez remarcó que su gobierno está haciendo todo lo posible para que Puigdemont rinda cuentas ante la Justicia y, en ese sentido, mencionó que la Fiscalía pidió que se activara la euroorden en su contra tras la reciente sentencia que impuso de 9 a 13 años de prisión al resto de líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Como una prueba más de su compromiso, Sánchez lanzó una pregunta retórica: ¿La Fiscalía de quién depende?”. “Del Ejecutivo”, le contestó el entrevistador, a lo que luego Sánchez añadió: “Pues ya está”.
El presidente catalán, Quim Torra, aseguró vía Twitter que las palabras de Sánchez eran una muestra del “escándalo permanente en el que vive instalado el Estado heredero del franquismo”.
Los dichos de Sánchez provocaron críticas de la oposición y también estupor en las asociaciones de Fiscales, que reseñaron al presidente que “no cumplen órdenes del Ejecutivo” sino que “actúan dependiendo de la legalidad”.
Ante el revuelo, Sánchez quiso matizar afirmando que “nadie está por encima de la ley”, que “Puigdemont es un prófugo de la Justicia” y que “la Fiscalía cuenta con el respaldo del gobierno en defensa de la ley y del interés general”.
El dirigente catalán respondió: “Se vuelve a equivocar. No soy ningún prófugo de la justicia. Estoy en manos de la justicia belga, como debería saber, que decretó mi libertad sin fianza. Y que debe resolver. Si eso quería ser una rectificación de su grave metedura de pata, vuélvalo a intentar”.
Al margen de esta polémica, Sánchez también propuso recuperar en el Código Penal el delito de convocatoria de un referendo ilegal, otra medida que lo aleja de los partidos independentistas, que anunciaron una activa campaña en su contra para “debilitarlo” ante los comicios del domingo.