A raíz de la publicación de un informe de la Fundación Bunge y Born que determinó que un 96 % de los argentinos considera que las vacunas son seguras y que, sin embargo, un 13 % de la población no está vacunada o no completó el calendario que le corresponde por edad, el infectólogo Roberto Debagg relativizó en una entrevista con Télam la influencia de los antivacunas en el país en comparación con lo que sucede en Estados Unidos o Europa.
Télam. -¡Coincide en la percepción de que la mayorìa de la población argentina confía en las vacunas?
Roberto Debbag: Sin duda coincido en que la gran mayoría de la población argentina está de acuerdo y tiene una buena percepción sobre la vacunas. Son muy pocos los que siguen hoy en día la corriente antivacunas. Lo que pasa es que hay que diferenciar lo que son grupos organizados antivacunas y lo que es la reticencia a las vacunas. Se dan casos de padres (madre o padre) que no están de acuerdo con la vacunación, incluso desconfían del efecto de las vacunas y discuten si van a aplicar las dosis que corresponden a sus hijos, aunque la mayoría terminan haciéndolo.
Ese es el porcentaje pequeño que es reticente a las vacunas. Por otra parte hay grupos organizados antivacunas pero en la Argentina no hay organizaciones así y tampoco en América Latina. Eso sí ocurre en los Estados Unidos y en los países de Europa. Los grupos antivacunas son muy pocos en el país. Lo que sí hay es algunos que quieren transformarse en líderes antivacunas y son dos o tres profesionales que son del mundo de la homeopatía y discuten los beneficios de las vacunas y dicen mentiras faltan a la verdad sin evidencia.
T: ¿Cómo influye en la salud de la población que un 13% no se vacune o no complete el calendario?
-Este 13 por ciento hace que las tasas de inmunización no sean altas. Uno debe lograr que un 95 o 97 por ciento de la población tanto infantil como adulta reciba las vacunas que corresponde para garantizar la salud. A más porcentaje de cobertura, más gente protegida ya que no tiene de quién contagiarse porque los virus y las bacterias no circulan.
T: ¿Cuáles creen que son los factores que llevan a que la población se vacune? ¿Pueden atribuirse a las corrientes antivacunas?
-Hoy yo creo más que nada que si hay tasas de vacunas que no son muy altas no es por influencia de los antivacunas sino más bien por problema de abastecimiento, de logística, de procesos para que las vacunas lleguen a quien la necesita. La gran mayoría de la población argentina, más del 80 % recibe vacunas en forma gratuita y a través del sistema público y un porcentaje pequeño las obtiene a través del sistema de medicina prepaga o de las obras sociales. Pero en ambos sistemas a veces hay problemas de abastecimiento, sobre todo en el del Estado. A veces hay retrasos en la compra, la entrega o la distribución que dificulta que las tasas sean más altas. Pasa, por ejemplo, con la vacuna de meningococo a los 11 años que se suspendió transitoriamente y no se está vacunando a los chicos de esa edad con vacuna tetravalente.