Francisco dispuso que todos los religiosos católicos están obligados a denunciar casos de abuso sexual, punto central de un decreto que apunta a combatir ese delito y a sus encubridores.
En el decreto “Vos estis lux mundi” (“Ustedes son la luz del mundo”), de 19 artículos, Francisco subraya que “los delitos de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas, y perjudican a la comunidad de los fieles”.
En base a directivas esbozadas en el encuentro anti-pederastía celebrado en el Vaticano en febrero pasado, ordena a los religiosos a tratar con respeto a los denunciantes de abusos y a sus familias, a quienes se les debe ofrecer asistencia espiritual, escucha, asistencia médica, terapéutica y psicológica.
El Papa apuntó no solo a los abusadores, sino también las posibles cadenas de encubrimientos que durante años ocurrieron en la jerarquía eclesiástica. En ese sentido, incluyó sanciones contra obispos y superiores que interfieran en las investigaciones de las denuncias, tanto en el ámbito civil como en el canónico.