A 40 años del último show con su formación clásica, Trigémino presentará su tardío disco “Trampas para engañar”.
Integrada por Juan “Pollo” Raffo; Jorge Minissale, en guitarra; Marco Tulio Pusineri, en batería; y Carlos Garófalo, en bajo y voz; la banda logró registrar entre 2007 y 2009 en estudio una selección de composiciones realizadas en la segunda mitad de los ’70, los años de mayor actividad de la banda, que finalmente fue editado el año pasado por el sello Viajero Inmóvil.
Lo cierto es que la llegada a las bateas de “Trampas para engañar” y el show del próximo sábado, a las 21, en el Teatro Monteviejo, ubicado en Lavalle 3177 de esta ciudad, resulta no sólo un acto de justicia ante la falta de registros de la época, sino que además permite un contacto directo con una de las grandes joyas de la versión local del llamado rock sinfónico.
Ocurre que si bien la historia oficial del rock argentino reserva un lugar especial para La Máquina de Hacer Pájaros, Espíritu, Crucis o Alas, injustamente no suele incluir allí a Trigémino, que aunque no alcanzó esos niveles de popularidad, ostentaba una calidad musical que pedía a gritos formar parte de ese selecto grupo.
Fue como andar en bicicleta. Empezamos a recuperar la memoria muscular de aquello que hiciste tanto”
Juan “Pollo” Raffo
Basta para ello repasar artículos de la época firmados por reconocidas plumas, quienes dedicaron desde las páginas de míticas publicaciones como Expreso Imaginario, Pelo y Rock Superestar elogiosos comentarios sobre sus shows.
Trigéminio se gestó en 1976 en la localidad del oeste bonaerense de Ramos Mejía, cuando Pollo Raffo, quien previamente había integrado un grupo barrial junto a los hermanos mayores del saxofonista Pablo Rodríguez y del guitarrista Guillermo Arrom, comenzó a buscar músicos para un nuevo proyecto.
Un primer contacto con el bajista Eduardo Rovediello, quien acercó a Pusineri, un compañero de colegio, fue el puntapié inicial de la banda, que tenía como referentes a Yes; Genesis; Emerson, Lake & Palmer; y Premiata Fornería Marconi, entre otros.
El ingreso de Minissale dio forma final al grupo, que tuvo en sus filas en 1976 a la cantante Claudia Puyo, quien dejó el grupo y fue reemplazada por Carlos Garófalo, un compañero de conservatorio de Raffo.
La partida en 1977 de Rovediello y la decisión de que Garófalo se ocupara no sólo de la voz, sino también del bajo, completó la formación más estable del grupo, la que llevó a cabo el gran grueso de los conciertos y la que compuso las obras más características.
Aunque entre 1977 y 1979 se produjeron los hitos más relevantes del grupo, como su participación en el “Primer encuentro Nacional de Rock Interior”, en Tucumán, junto a los locales Redd y los rosarinos de Irreal, que incluía a Juan Carlos Baglietto entre sus miembros; y la producción de espectáculos propios en teatros porteños; ya en 1976, Trigémino fue el número de apertura del festival “5 Horas de Rock” en el Luna Park.
La partida de Raffo en 1979 para armar un grupo de jazz, un breve paso de un joven Andrés Calamaro en su lugar, y el ingreso del bajista de Redd Ernesto Cerioni con el correspondiente enroque de Garófalo al teclado marcaron el final de Trigémino a principio de los ’80.
La relación entre los cuatro miembros históricos nunca se perdió e incluso en los últimos años de los ’90 Garófalo, Pusineri y Raffo formaron el trío GPR, por eso no resultó extraño para ellos volver a encontrarse en un estudio para saldar la deuda pendiente de dejar un registro de aquella banda.
Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201909/390381-trigesimo-rock-progresivo-show-regreso.html