Sobre la base de un ritmo acompasado que le dio origen al lamento afroamericano por excelencia, los músicos siguen la huella y la música fluye.

Pero el blues no se ensaya, nos dijeron esos maestros, sin saber que hoy estarían igualados con una situación que es uno de los puntos más altos en lo emocional que puede tener el fútbol: un penal. Partidos cruciales, campeonatos de diversa importancia y títulos mundiales que hacen delirar a multitudes y países enteros han dependido de un penal. De convertirlo, errarlo o que el arquero lo ataje.

La seguidilla de penales malogrados por jugadores de Boca y River en los últimos meses hizo crecer la idea de que tal vez con ensayos continuados en las prácticas cotidianas (dos horas y media promedio, y en algunos casos sobra media hora cómoda y tranquila) se puede mejorar la pegada, afinar la puntería o pulir la técnica.

Y todo para no perder una oportunidad que las tribunas del mundo suelen esperar como la la salvación que genere un empate o un triunfo urgente y necesario.


River – San lorenzo, duelo de la fecha 16, con penal errado para el “Millonario”

Así las cosas, Marcelo Gallardo es partidario de no practicar penales en los entrenamientos: “Creo que la técnica de la pegada se ejercita todos los días. Además, el contexto no se puede entrenar porque necesitás la presión del juego, de la gente. Ahí pasan muchas cosas”.

“En mi época de jugador no me ponía a patear penales todas las semanas, aunque sí practicaba la técnica todo el tiempo. Pero porque no es lo mismo patear un penal en las prácticas: yo las clavaba todas en el ángulo”, dijo el hiperganador DT “millonario”.

Por el lado de Boca, Miguel Ángel Russo dijo que “erramos dos penales en un mismo partido, eso no nos puede pasar, tenemos que seguir ajustando cosas”, al comentar que Diego “Ruso” Rodríguez, de Central Córdoba de Santiago del Estero, se los atajó a Carlos Tevez y Franco Soldano.


Boca gan en su visita a Central Crdoba (video: Superliga)

“Seguramente los penales los seguirá pateando Tevez. No hay motivos para hacer una historia tan larga porque es algo común en el fútbol. Ese tipo de cosas son momentos y situaciones, es un punto que hablamos pero que tampoco es grave ni para volvernos locos. Hablamos lo justo y necesario con la gente que tiene la responsabilidad de patear”, analizó el DT “xeneize” y le bajó el precio a un tema preocupante para los hinchas boquenses.

Lejos quedó aquella máxima del gran Adolfo Pedernera, “los goles de penal no se festejan, a nosotros (los jugadores de aquella época dorada de un fútbol exquisito) nos daba vergüenza salir gritando cuando al penal hay que convertirlo y listo”.

Las cabriolas y coreografías que muchos jugadores ponen en escena tras convertir un gol de tiro penal harían hoy sonrojar al cerebro de la Máquina de River, tanto como anoticiarse que errarlos en serie no le hace sentir ahora a ninguno de los protagonistas la obligación de practicarlos.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/202002/434247-de-como-los-penales-resultaron-ser-como-el-blues.html

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