El Gobierno decidió convocar a las empresas petroleras a una mesa de diálogo para acordar la implementación del anuncio sobre el congelamiento del precio de los combustibles por 90 días.
La convocatoria se realizará a través de la Secretaría de Energía a cargo de Gustavo Lopetegui, informaron fuentes oficiales a Télam.
A la vez, se decidió postergar la publicación de la resolución que se preparaba para dar el sustento legal adecuado al anuncio del presidente Mauricio Macri, como parte de un paquete de medidas económicas.
El gobierno había anunciado que a partir de hoy iba a fijar las variables del precio del dólar y el crudo tipo Brent para congelar los precios de la nafta y el gasoil por 90 días.
“Esta convocatoria de la medida no es una marcha atrás al anuncio del.presidente sino una marcha atrás en la publicación de la resolución que debía darse mañana para abrir el diálogo con las empresas” explicó la fuente gubernamental.
Fuentes oficiales explicaron que, para calcular el congelamiento por 90 días del precio en pesos de nafta y gasoil en el segmento minorista de combustibles, se implementaría un congelamiento por el mismo plazo del precio del crudo.
Este precio sería el que cada refinería tenia vigente con su proveedor, por lo que se determinó fijar las variables a valores del 9 de agosto, con el dólar a $45,19 y el barril de Brent a US$59, se explicó esta tarde desde el Palacio de Hacienda.
A partir de este anuncio, la Secretaría de Energía trabajaba en el diseño de las resoluciones para la aplicación de la medida de congelamiento, sobre todo teniendo en cuenta que desde el 1 enero de 2018 rige un mercado liberado de combustibles.
Aquella medida adoptada bajo la gestión del entonces ministro Juan José Aranguren puso punto final al denominado barril criollo, que imponía un valor de referencia para el crudo.
Las petroleras consultadas por Télam tras el anuncio del presidente Macri admitieron que se encuentran “evaluando la decisión del Gobierno y esperando ver cómo se implementa” pero advirtieron que la medida “es una señal malísima para el clima de inversiones en toda la cadena de valor de los combustibles”.