“En las últimas horas hemos asistido en Corea a un buen ejemplo de la cultura del encuentro. Saludo a los protagonistas con la oración y que este gesto significativo constituya un paso más en el camino de la paz no solo en la Península (coreana) sino a favor del mundo entero”, dijo tras el tradicional rezo dominical del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Aunque no citó ni a Trump ni a Kim Jong-un, el pontífice aludió a la inesperada reunión de ambos mandatarios en la militarizada frontera intercoreana que ha servido para reactivar las conversaciones sobre desnuclearización, que están estancadas desde febrero.
Francisco, que en julio disminuye su actividad y suspende las audiencias generales de los miércoles, deseó también que “todos los trabajadores puedan tener también durante el verano un periodo de reposo que beneficie a ellos y a sus familias”.