Zooey, de 46 años, reflexiona, en el libro editado por Compañía Naviera Ilimitada, sobre la vida política, afectiva y social contemporánea, desde las concepciones humanistas y posthumanistas, sin dejar de lado el humor y la parodia como herramientas que dan forma a su postura sobre las subjetividades y sus condiciones de posibilidad.
-Télam: Presentás la tensión entre humanismo y el posthumanismo casi en tono de parodia, ¿cómo fue esa apuesta?
-J.P. Zooey: Se presentan dos modelos esquematizados, no creo que sean así en realidad, donde políticas humanistas contienen ingredientes posthumanistas y al revés. El humanismo nació en el Renacimiento relacionado con políticas que defienden la igualdad, la solidaridad, la fraternidad, la libertad. Consideramos posthumanismo aquello que separa la especie en dos a través de implantes tecnológicos, o muros que dividen a Estados Unidos de México y rompen la fraternidad para establecer diferencia entre grupos. Eso lo trabajó muy bien Michel Houellebecq en sus novelas, especialmente en “La posibilidad de una isla”, y es reemplazar la libertad de albedrío que se funda en la conciencia por la guía del algoritmo. Por eso me pregunto cuánto falta para que una aplicación nos diga a quién votar.