La jefa del Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, aseguró hoy que Beijing, si bien estaba al tanto de su decisión, no tuvo nada que ver en su decisión de retirar oficialmente el polémico proyecto de ley de extradición a China que originó las protestas en la ciudad.
El gobierno central respetó su “punto de vista” y la apoyó “totalmente”, indicó la mandataria en una rueda de prensa en la que sin embargo, negó que la retirada del proyecto haya sido un “cambio de opinión” al aclarar que “no hay ninguna diferencia en el fondo porque no había ningún plan para retomarlo”.
Con esto, Lam buscó defender sus palabras de las últimas semanas, en las que reiteró en varias ocasiones que el proyecto estaba “muerto”, negándose siempre a utilizar la palabra “retirada” tal como le exigían los manifestantes.
“Pese a no ser diferente en el fondo, va a ser una medida útil para crear una base para el diálogo, y ayer era el mejor momento para hacerlo. No debería haber más especulación sobre por qué lo hacemos”, reforzó.