La capitana de un barco humanitario que rescata migrantes y refugiados en el mar Mediterráneo reivindicó hoy su trabajo a través de su abogado, un día después de ser detenida en Italia como parte de la política antimigratoria del viceprimer ministro y referente de la extrema derecha europea, Matteo Salvini.
“La situación era desesperada. Mi objetivo era simplemente llevar a tierra a gente que estaba exhausta y desolada”, explicó el abogado Salvatore Tesoriero citando a su defendida y agregó que la capitana “tenía miedo” de que hubieran suicidios a bordo, después de estar más de dos semanas esperando con 40 migrantes rescatados que algún país europeo les autorizara a atracar.
Cuando finalmente atracó en el puerto de la isla italiana de Lampedusa sin tener permiso oficial, el barco fue confiscado y ella detenida y acusada de varios delitos, entre ellos ayuda e instigación a la inmigración ilegal.
La detención de la capitana del bar de la ONG Sea Watch, Carola Rackete, desató expresiones de solidaridad entre las autoridades de Alemania, Francia y el Vaticano, mientras el gobierno holandés apoyó la decisión de Roma.
La secretaria de Estado de Inmigración holandesa, Ankie Broekers-Knol, sostuvo en una carta a las autoridades italianas que el barco Sea Watch 3 que comandaba Rackete y traía decenas de migrantes y refugiados africanos rescatados en altamar podría haber ido a Túnez o Libia en vez de atracar en el sur europeo, según reprodujo el diario italiano Corriere della Sera, citado por la agencia de noticias DPA.