Pese a que Boris Johnson desestimó la posibilidad de realizar un segundo referéndum independentista en Escocia en 2020, nadie cree que los escoceses imiten el fallido intento catalán de separarse de España.
De todos modos, la vía de la unilateralidad ha vuelto a salir a la luz luego de que el Parlamento británico votara la ley de retirada de la Unión Europea (UE), prevista para el 31 de enero.
El contundente triunfo del primer ministro Johnson en las elecciones legislativas del 12 diciembre ha puesto fin a la polémica sobre la salida de Londres de la UE,votada mayoritariamente por los británicos en un referéndum en junio de 2016.
Pero ha abierto viejas heridas: por primera vez los partidos nacionalistas del Ulster consiguieron más bancas que los unionistas.
Según los analistas, la nueva frontera dura que se levantara entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que continúa en la UE, viola el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998.
En el caso escocés, la ministra principal, Nicola Sturgeon, no retrocede a pesar de la posición dura de Johnson. Sin embargo en ningún momento se plantea quebrar la legalidad.
En cambio, los escoceses se plantean ahora la posibilidad de realizar un segundo referendo, tal como hicieron en 2014 cuando el “No” obtuvo 55% frente a un 45% del “Sí”, ante la inminente salida del Reino Unido de la UE.
“Legalmente, la única posibilidad que tienen es que Johnson diga que hay referéndum. Ojalá que no se llegue a una situación en Escocia como en Cataluña”, dijo a Télam Dan Ozarow, profesor del Departamento de Liderazgo, Trabajo y Organización en la Escuela de Negocios de la Universidad de Middlesex en Londres.
Para este analista, Johnson es un líder carismático. “Toma una decisión y no se arrepiente, como cuando cerró el Parlamento británico (a fines de agosto pasado). Se parece a (Donald) Trump: tiene actitudes fascistas”, opinó.
Después de su arrollador triunfo en las elecciones legislativas celebradas el pasado 12 de diciembre, Johnson fue demasiado claro con los escoceses.
Sturgeon, no obstante, demandó por escrito un segundo referéndum, pero Londres rechazó el pedido luego de que el Partido Nacionalista Escoces (SNP) lograra 48 de 57 diputados en los recientes comicios, 13 más de los que ya tenía en la Cámara de los Comunes en 2017.
Johnson llamó a resistir “las llamadas de aquellos que romperían con el Reino Unido”, pero Sturgeon aseguró: “No podemos seguir siendo prisioneros del Reino Unido en contra de nuestra voluntad”.
La ministra principal de Escocia participó en las elecciones con la promesa de preparar una nueva consulta sobre la independencia en 2020.
Por ese motivo, y gracias a la buena elección que tuvo, se siente legitimada para dar comienzo a la ofensiva por el referendo.
Alarmados por el carisma nacionalista de Johnson, los escoceses se preparan para celebrar nuevas elecciones regionales en 2021, mientras las encuestas vaticinan una probable victoria de los partidos defensores de la independencia (el SNP y el Partido Verde).
Pese a que sus representantes respetan la ley, la vía catalana está presente entre los escoceses.
El 10 de octubre de 2017, tras un referéndum que respaldó el “sí”, declarado inconstitucional por Madrid, el parlamento regional declaró la independencia unilateral de Cataluña.
Doce de los líderes de ese movimiento fueron sentenciados con penas de hasta 13 años, mientras el ex presidente catalán Carles Puigdemont huyó a Bélgica.
Aun así, en Escocia hay otros matices. Por ejemplo, la portavoz de Salud del Partido Laborista Escocés, Mónica Lennon, dijo que se opondría a la separación del Reino Unido, pero acepta que el SNP busque ahora un mandato para un referéndum en 2020, informó la BBC.
Entre los escoceses también hay posiciones distintas. Los conservadores de Edimburgo reclaman que Johnson realice gestos de aproximación, incluida la “devolución” (termino legal) de algunas competencias al gobierno autónomo.
El plan fue elaborado por el ex ministro para Escocia, Andrew Dunlop.
Este ex funcionario británico sugiere una serie de cambios para fortalecer la unión entre Londres e Edimburgo que incluya, además, el punto de vista y los intereses escoceses en las grandes decisiones.
De todos modos Sturgeon, de 49 años, advirtió: “Johnson no debe tener la impresión de que este será el fin del asunto”.
Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201912/418233-independencia-escocia-cataluna.html