Manifestantes opositores volvieron a tomar el aeropuerto de Hong Kong e impidieron la salida y llegada de centenares de vuelos, lo que indignó a la jefa Ejecutiva, Carrie Lam, para quien la situación ingresa a un “camino sin retorno”, y a las autoridades chinas, que iniciaron un imponente despliegue militar en la frontera con el territorio semiautónomo.
Los manifestantes vestidos de negro volvieron a ocupar las instalaciones de la terminal por segundo día consecutivo -tras varias tomas, la semana pasada- con pancartas, lienzos, mientras coreaban consignas, lo que obligó a las autoridades a suspender todos los vuelos de salida y llegada, un día después de que otra manifestación similar dejara 300 vuelos cancelados.
Esta nueva manifestación en la terminal aeroportuaria -una de los más activas del mundo- se produce en momentos en que Beijing eleva el tono de las advertencias y envía nuevas señales de que las diez semanas de disturbios deben terminar.
Hoy los medios estatales chinos reprodujeron casi en bucle varios videos en los que se ve una imponente movilización de fuerzas armadas en cientos de camiones militares en la ciudad de Shenzen, a escasos 20 kilómetros de Hong Kong.