Tras horas de asedio, los manifestantes protegidos por escudos de fabricación casera, cascos amarillos y paraguas superaron el blindaje desplegado por la policía, que optó por retirarse, según informó el diario local South China Morning Post en su edición digital.
Una vez dentro del Parlamento, los jóvenes ingresaron en la biblioteca tras romper las puertas de cristal, agregó el matutino que reportó destrozos varios.
Decenas de miles de activistas por la democracia se habían volcado desde temprano a las calles de esta región administrativa especial exigiendo que la líder pro Beijing y jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, renuncie y desista de dar luz verde a una polémica ley de extradición a China.
El multitudinario mitin, que se había desarrollado en relativa calma, se desbordó cuando grupos de manifestantes, mayoritariamente jóvenes y enmascarados, tomaron las calles cercanas al Parlamento e intentaron durante horas ingresar al complejo de edificios.