En medio de una crisis política que estaba poniendo en peligro la salud de las personas rescatadas, la mayoría de ellas hace ya 18 días, el fundador de la ONG, Oscar Camps, reiteró que la situación a bordo de Open Arms era “insostenible” y advirtió que cualquier movimiento que no sea amarrar en Lampedusa “va a suponer una revuelta”.
Además, el activista dijo que la última oferta del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, de que el barco desembarque en las españolas islas Baleares es un “obstáculo” porque “ha paralizado todas las gestiones que se estaban haciendo para abrir el puerto de Lampedusa”.
“Nosotros llevamos varios días alertando de la incapacidad para mover el barco en estas condiciones; escribimos el viernes a Pedro Sánchez, (el presidente francés) Emmanuel Macron y (la canciller alemana) Angela Merkel para decirles que no aguantábamos más”, dijo Camps en una entrevista con Eldiario.es.
Ahora “nos piden transportarlos a 500 o 1.000 millas más. ¿Qué parte no han entendido?” se preguntó Camps, un día después de que la ONG difundiera un video en los que un grupo de migrantes desesperados saltó del barco con la intención de llegar a Lampedusa a nado.
Inicialmente la ONG publicó un comunicado en el que criticaba la oferta de puertos de Sánchez, pero se mostraba dispuesta a ceder a regañadientes si España e Italia asumirían la responsabilidad asociada a la travesía y la apoyaban a nivel logístico.
Sin embargo, poco después Camps se rectificó y afirmó que esa opción era “inviable”.
“Que nos mande un magnífico barco de pasaje para llevar en condiciones de dignidad a estas personas; así deberían llegar, no hacinadas en la cubierta donde llevan 19 días en una situación inhumana”, señaló.
“Mantenerlos un día más no es la solución, sino desembarcarlos en Italia; pueden permanecer en tránsito en un ‘hotspot’ en Lampedusa y llevarlos a España en una avión, que cuesta menos de 40.000 euros, es más económico que la gasolina de navegar hasta allí en barco”, explicó el activista.
Tras más de dos semanas de crisis y angustiante espera, Camps denunció que la situación del Open Arms está siendo utilizada como “campaña política” tanto por el vicepremier y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, de la ultraderechista Liga, como por el socialista Pedro Sánchez.
“No pueden venir 18 días más tarde a decir que vayamos a España; esto es postureo (postura) mediático”, dijo, refiriéndose al gobierno de Sánchez.