
La analista de Brookings Institute, miembro del Comité Nacional Demócrata, ex funcionaria del gobierno de Bill Clinton y experimentada asesora electoral Elaine Kamarck advirtió en una entrevista con Télam que el partido va en camino a “reeditar” la polarización de las primarias de 2016, pero cree que esta vez “la intensidad del deseo de ganarle a Trump” será más fuerte.
Tras la recuperación del ex vicepresidente Joe Biden en el supermartes y su consolidación como favorito, el escenario quedó despejado: es él el hombre elegido por el establishment partidario y económico, y sectores claves del electorado tradicional demócrata, contra Bernie Sanders, un líder socialista independiente apoyado por los más jóvenes, que denuncia la desigualdad económica y la hegemonía de los poderes concentrados.
T- ¿Cómo explica la remontada de Biden en Carolina del Sur y supermartes? ¿Alcanza con el apoyo del voto negro para explicar su recuperación?
K- Su base es significativamente afroestadounidense pero también ganó en la población suburbana y entre las mujeres. De hecho las mujeres de los suburbios fueron centrales en la recuperación de la Cámara de Representantes en 2018. Hasta ahora, parece que va en camino a recrear la coalición electoral que le permitió a los demócratas ganar la cámara.

T- ¿En qué se diferenció esa coalición con la que apoyó a Hillary Clinton en 2016?
K- Es básicamente el mismo electorado. Es difícil compararlo con Hillary porque ella de hecho ganó la mayoría de los votos en el país. Ganó abrumadoramente entre los afroestadounidenses y las mujeres con educación superior. Igual hay que analizarlo estado por estado. Ella perdió por poco en solo tres estados, pero ganó la votación nacional. Perdió, por ejemplo, por la caída de la participación de los votantes negros en Detroit (Michigan) y Milwaukee (Wiscosin). Pero igual no conviene comparar la base electoral de las primarias con la de una elección presidencial.
T- ¿Estamos en una situación similar a la polarización Clinton-Sanders de 2016 o frente a un escenario diferente?
K- El partido es básicamente el mismo, es un partido de las minorías y las mujeres. Básicamente parece que nos encaminamos a una especie de reedición de 2016.
T- ¿El partido aprendió algo de la experiencia de 2016? Porque el rival será el mismo…
K- No es inusual que se repitan este tipo de situaciones. Creo que la gran diferencia esta vez es la intensidad del deseo de ganarle a Trump. En las primarias hace cuatro años, cuando Trump se candidateó, muchas personas no creían que podía ganar. En el establishment partidario, la intensidad se ve en la convicción de que Biden es el mejor candidato para ganarle a Trump; entre los votantes, se ve entre los votantes de Sanders que creen que es el más fuerte para ganarle. Pero el deseo generalizado es ganarle a Trump.
T- ¿Usted comparte el análisis de que Clinton no consiguió el apoyo de toda la base electoral demócrata en la elección general en 2016?
K- Creo que ese es el caso de algunos votantes negros y de Bernie Sanders. Los rusos difundieron noticias falsas contra Hillary Clinton dirigidas a comunidades negras para beneficiar a Trump y a Sanders. Es difícil decir cuánto del resultado final tuvo que ver con los rusos y cuánto simplemente a que no les gustaba Hillary.
T- ¿La polarización y las constantes denuncias de Sanders contra el aparato partidario podrían afectar las eventuales chances de Biden de unificar la base electoral demócrata en noviembre?
K- Podrían afectarlas, pero no tanto como hace cuatro años. Y eso se debe a que, en 2016, la gente creía que Hillary iba a ganar de todas maneras y se sintió libre de poner la política intrapartidaria por encima de la oposición a Trump. Esta vez, si los simpatizantes de Bernie Sanders no apoyan a Biden la consecuencia será la reelección de Trump. Por eso, no creo que vuelva a suceder lo mismo.
T- ¿Cree que Biden es un mejor candidato que Clinton para vencer a Trump?
K- Hillary era más aguda, era muy buena en difundir un mensaje claro, sin equivocarse. Biden a veces se confunde. Pero ella también era percibida por alguna gente como fría, distante. Él, en cambio, es un hombre cálido y que parece más accesible, tiene una personalidad que lo ayuda más.
T-¿En cuanto a sus posiciones políticas? Porque se los suele simplificar como moderados o centristas.
K- El único tema real que ha dividido a la extrema izquierda y los moderados es Medicare (programa de salud gratuita, actualmente para jubilados, discapacitados y personas con algunas enfermedades crónicas) para todos. Los moderados no creen que pueden quitarle a la gente las coberturas médicas pagas.
T- Y, ¿la educación?
K- Sí en cuanto a la educación superior gratuita. Muchos moderados creen que es un poco loco y nada progresista. No hay ninguna razón por la que deberíamos perdonar las deudas de los que cursaron carreras de negocios. Francamente, es una ayuda para personas ricas. Es verdad que hay diferencias en este tema también, pero son diferencias de grados. Por ejemplo: algunos dicen sí a la educación superior gratuita en universidades públicas, pero no a perdonar las deudas de todos. Existe una intensidad en este debate, pero no mayor a la que he visto en otras campañas.