
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se mantiene “vigilante” y “no descarta ningún escenario” tras producirse una escalada del conflicto de Cataluña, aunque se niega a dar ya los primeros pasos para intervenir la norteña región, como le exigió hoy el líder opositor Pablo Casado, con quien se reunió en el Palacio de La Moncloa, sede del Ejecutivo.
Sánchez convocó reuniones urgentes con Casado, Albert Rivera, de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, de Podemos, con el objetivo de transmitirles personalmente su posición frente a la irrupción de violencia que tuvo lugar anoche en Cataluña en el marco de las protestas de rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo español que impuso penas de entre 9 y 13 años de cárcel para 9 líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Casado le pide a Snchez que active la Ley de Seguridad Nacional
Los partidos de la derecha llevan tiempo cuestionando la “firmeza” de Sánchez con el gobierno secesionista de Quim Torra y los manifestantes y en las últimas horas redoblaron sus exigencias para que intervenga la región.
Exigen que el Ejecutivo central dé los pasos necesarios para aplicar el artículo 155 de la Constitución, que permite destituir al gobierno regional, como se hizo hace dos años tras la fallida declaración de independencia.
En cambio, Iglesias aboga por reconducir el conflicto por medio de un diálogo con los secesionistas y no descarta medidas de apaciguamiento, como la adopción de indultos.
El propio Sánchez adelantó antes de las reuniones con los líderes de la oposición que la “determinación” de su gobierno es “garantizar la seguridad, con firmeza, proporcionalidad y unidad”.