El gobierno libio con sede en Trípoli acusó del bombardeo a las tropas del mariscal rebelde Jalifa Hafter, cuyo Ejército Nacional Libio (LNA) lleva adelante desde abril una ofensiva contra las milicias islamistas que controlan la capital del país árabe del norte de África.
La matanza vuelve a poner en entredicho la política de la Unión Europea (UE) de cooperar con las milicias que mantienen detenidos a los migrantes en centros en pésimas condiciones para evitar que crucen el Mediterráneo en busca de vidas mejores en Europa.
La mayoría habían sido apresados en el mar por la Guardia Costera libia, que está financiada y entrenada por la UE para contener el flujo de migrantes.
Las fuerzas de Hafter dijeron que el ataque en Tayura, a 15 kilómetros de Trípoli, estuvo dirigido contra un campamento militar, no contra el centro de detención.