El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará mañana su tan anunciado plan de paz para Israel y Palestina, y hoy adelantó, antes de su reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que a los palestinos “probablemente no les gustará al principio”, pero “al final” lo apoyarán porque “es bueno para ellos”.

“Mañana a las 12 (14 hora argentina) anunciaremos el plan, y es un plan muy grande, será una sugerencia para Israel y los palestinos; es lo más cerca que hemos estado nunca y veremos lo que ocurre; tenemos el apoyo del primer ministro, tenemos el apoyo de los otros partidos (israelíes) y creemos que al final tendremos el apoyo de los palestinos, pero ya veremos”, afirmó Trump al recibir a Netanyahu en la Casa Blanca.

El gobierno estadounidense no esconde que hace tiempo que no conversa con las autoridades palestinas y que estas no participaron de ninguna parte de la elaboración de su llamado plan de paz.

El plan “es algo que deberían querer”, sostuvo y agregó: “Probablemente no les gustará al principio. Creo que al final, les gustará. Creo que al final lo querrán. Es muy bueno para ellos.”

El mandatario estadounidense adelantó hoy los detalles del plan que anunciará mañana a Netanyahu, en una primera reunión, y luego al principal líder de la oposición israelí, el ex jefe del ejército Benny Gantz.

De esta manera, Trump buscó evitar que la oposición israelí lo acuse de buscar interferir en la incipiente campaña electoral que desembocará en los comicios de marzo próximo, la tercera elección en menos de un año en un contexto de empate que podría volver a repetirse.

Medios palestinos informaron hoy que Trump intenta sin éxito contactar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, desde hace una semana. Hoy no le respondió su última llamada, sostuvieron citando fuentes del gobierno palestino, aseguró la agencia de noticias EFE.

La relación bilateral entre Estados Unidos y la ANP está en uno de sus peores momentos.

La dirigencia palestina ha denunciado la parcialidad de la Casa Blanca a favor de Israel en el pasado; sin embargo, el gobierno de Trump tomó decisiones que fueron aún más lejos de esta política de Estado como el traslado de la embajada de Tel Aviv a la disputada Jerusalén y el reconocimiento de esa ciudad -que la mayoría del mundo, incluida Argentina reconoce como partida- como la capital indivisible de Israel.

Además, Washington cortó o redujo dramáticamente los fondos de varios programas humanitarios y de desarrollo en los territorios palestinos ocupados.

La tensión escaló tanto que la ANP, quien desde el proceso de paz de Oslo en los años 90 intenta alimentar su relación con Estados Unidos, cerró su sede diplomática en Washington.

Pese a que aún no se conocen los detalles del plan de Trump, el primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh opinó que “no constituye una base para resolver el conflicto” y advirtió que “proviene de una de las partes que perdió su credibilidad como un mediador honesto en un proceso político genuino y serio”, informó la cadena CNN.

El propio Netanyahu reconoció hoy este acercamiento excepcional con la Casa Blanca al salir de la reunión con Trump.

“La lista de sus apoyos a Israel, de las cosas que hizo por Israel desde que se convirtió en presidente es muy larga. Pero, en resumen, fortaleció como nunca nuestra alianza”, celebró Netanyahu, quien también destacó sus coincidencias en su ofensiva contra Irán, otro tema que tocó en la reunión con Trump.

Tanto los medios como los analistas internacionales descartan que el llamado plan de paz que presentará el gobierno estadounidense mañana incluirá más concesiones para Israel que para los palestinos, si es que estos últimos obtienen alguna.

Una de las versiones periodísticas que más fuerte suenan es que el plan propondrá dar soberanía israelí sobre todas las colonias construidas en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, pese a que el derecho humanitario sostiene que un poder ocupante no puede trasladar su población al territorio que ocupa.

Esto significaría que la región palestina más grande, Cisjordania, quedaría dividida en una serie de pequeños territorios, muchos de ellos inconexos y rodeados por tierras soberanas israelíes, y especialmente separados de la frontera oriental con Jordania, un país donde viven más de dos millones de refugiados palestinos reconocidos por la ONU.

El plan estadounidense, que comenzó a ser elaborado hace dos años, además, reconocerá -como ya lo hizo Trump- la anexión israelí del otro territorio palestino ocupado: Jerusalén este.

En otras palabras, el plan buscaría legalizar la situación que existe hoy en el terreno y que gran parte de la comunidad internacional -la ONU incluida- denuncia o, al menos, no reconoce.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/202001/427416-trump-adelanto-que-a-los-palestinos-no-les-gustara-al-principio-su-plan-de-paz-con-israel.html

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