El Papa dedicará mañana una misa a los inmigrantes y a los rescatistas que los ayudan para que no se ahoguen en medio de sus travesías, en el marco de una creciente tensión entre las ONG que actúan en el Mediterráneo y el gobierno italiano por el rechazo de Roma a la llegada de esas personas a sus puertos.
La celebración que el pontífice encabezará desde las 11 de Roma (6 de Argentina) en la Basílica de San Pedro servirá para la celebración del VI aniversario de su primer viaje fuera del Vaticano como Papa, cuando en julio de 2013 visitó la isla italiana de Lampedusa e inició sus denuncias sobre la dramática situación de los inmigrantes que buscan llegar a Europa a través del Mediterráneo, muchas veces en condiciones precarias y peligrosas.
La misa se coincide también con la polémica en Italia por la llegada de dos barcos con inmigrantes en la última semana, que incluyeron la detención de la capitana de uno y la acusación por “favorecimiento de la inmigración ilegal” del responsable del otro.
En la misa, “participarán alrededor de 250 personas entre migrantes, refugiados y aquellos que se han comprometido para salvar sus vidas”, explicó el vocero papal Alessandro Gisotti, al anunciar la misa días atrás.
“En la misa, presidida por el Papa en el Altar de la Cátedra, estarán presentes solo las personas invitadas por la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, al cual el Santo Padre ha confiado la preparación del evento”, agregó Gisotti.
La celebración será “en recuerdo de todos los que han perdido la vida escapando de la guerra y la miseria y para alentar a aquellos que, cada día, se esfuerzan en sostener, acompañar y acoger a migrantes y refugiados”.