Por otra parte, Navarro Cádiz (25) se negó a declarar ante el juez Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades, tras llegar el viernes por la noche al país extraditado desde Uruguay, y manifestó que lo hará más adelante porque estaba “muy cansado” por el viaje, informaron a Télam fuentes judiciales y su abogado.
Si bien el dato se conoció este sábado, el hallazgo de las siluetas se produjo en una serie de allanamientos realizados la semana pasada por la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA) en algunas viviendas vinculadas a los acusados.
Así como en la casa de Navarro Cádiz, situada en Montevideo 76 de Montserrat, fue hallada la pistola Bersa Thunder .40 que las pericias corroboraron fue el arma homicida, la Policía encontró estas figuras con impactos en una pared de Virrey Cevallos 215, donde vive su padre, el imputado Miguel Navarro Fernández (50).
El dato llamó la atención del juez y la fiscal, quienes lo incorporaron a la imputación que esta madrugada se le leyó a Navarro Cádiz como un elemento que puede pesar a la hora de intentar probar si hubo premeditación en el ataque del 9 de mayo último.