La comunidad católica de Sri Lanka pudo este domingo volver por primera vez a misa desde que hace tres semanas presuntos milicianos islamistas atacaron tres iglesias y tres hoteles de lujo, mataron a 253 fieles e hirieron a más de 500.
Rodeados de un masivo despliegue de seguridad que incluyó vallas y un número importante de policías y militares, los miembros de la congregación de la iglesia atacada volvieron a entrar al edificio y participar físicamente en la misa de los domingos.
Desde el ataque, las fuerzas de seguridad realizaron redadas en todo el país, especialmente en los barrios de mayoría musulmana, y todos los eventos de la comunidad católica fueron suspendidos por razones de seguridad. Este domingo, finalmente, la prohibición fue levantada, pero militares y policías revisaron a las personas que entraban a las iglesias y hasta rechazaban a los que llegaban con mochilas.