La ONU informó que la creciente violencia obligó a más de 150.000 personas a abandonar sus hogares en la última semana en la norteña región siria de Idleb, donde fuerzas sirias y rusas volvieron a bombardear posiciones yihadistas.
El bastión islamista se ha visto protegido desde septiembre de una gran ofensiva del Ejército sirio gracias a un acuerdo que creó una zona libre de combates y que fue firmado entre Siria, Rusia, por un lado, y Turquía, por otro, que apoya a los rebeldes.
Pero la región, en la que habitan unos 3 millones de personas, ha estado sujeta a un número creciente de ataques y bombardeos desde que el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham tomó control total de su territorio, en enero.
La zona de Idleb incluye toda la provincia del mismo nombre y partes adyacentes de las provincias de Hama y Alepo, adonde se ha extendido la violencia y que también están cubiertas por la tregua acordada en septiembre.