
En diciembre pasado, en la última cumbre presidencial del G20, en Buenos Aires, los dos mandatarios acordaron una tregua a la guerra comercial iniciada seis meses antes por Trump y su decisión de imponer aranceles más altos a las exportaciones chinas.
La tregua permitió abrir una negociación bilateral que trajo calma a los sectores industriales de ambos países e inversionistas de todo el mundo. Sin embargo, Trump decidió terminar esta tregua esta semana cuando impuso un nuevo aumento de aranceles a ciertos productos chinos, tras denunciar que las negociaciones comerciales avanzaban muy lento.
El viernes pasado, el gobierno estadounidense ejecutó la orden de Trump, pero aclaró que las negociaciones siguen abiertas con Beijing, quien, por su parte, no quiso aclarar si responderá de manera recíproca, como hizo el año pasado.