Ni una referencia en la prensa oficial, que opta hoy por informar de los progresos económicos y sociales del país, y un discurso gubernamental en la misma línea, son todo el recuerdo que las autoridades chinas dedicaron al aniversario 30 de la llamada masacre de Tiananmen, plaza cuya seguridad fue reforzada en la jornada.

Tanto en la plaza como en las principales vías de acceso hubo puestos de bloqueo y de control adicionales, y el ingreso fue permitido únicamente con reconocimiento facial y un documento de identidad.

Hubo, sí, una mención velada en el oficialista Global Times a cargo del investigador de la Universidad de Fudan Zhang Weiwei, según el cual “China habría seguido el camino de la Unión Soviética y se habría hundido”, si los líderes chinos -apuntó el rotativo- “no hubieran tomado duras decisiones para salvaguardar la estabilidad del país hace 30 años”.

Treinta años después, no fueron tanques del Ejército sino vehículos policiales los que rodearon hoy la plaza, y los únicos estudiantes visibles eran aquellos extranjeros que querían visitar el icónico lugar que dio nombre a una masacre que, no obstante, se extendió por varios distritos de la ciudad y acabó con, al menos, varios centenares de vidas, informó la agencia de noticias EFE.