El peligro de una guerra entre Estados Unidos e Irán ha escalado hasta límites inimaginables en un escenario en el que Arabia Saudita e Israel, dos aliados de Washington, juegan un rol importante contra un país al que se cuestiona por su desarrollo nuclear. 

En medio de una escalada verbal sin precedentes, Irán ha cometido la osadía de derribar un dron espía que volaba presuntamente en su espacio aéreo, en un incidente que pudo haber sido el comienzo de una guerra entre ambos países.

Felizmente, el presidente estadounidense ha tenido la cordura de retroceder sobre sus pasos cuando era inminente la posibilidad de una represalia que -según Washington- iba a costar la muerte de al menos 150 mil iraníes.

Sin embargo, el peligro persiste y el magnate neoyorquino ha insistido con la posibilidad de “destruir”a Irán en caso de un conflicto bélico.