Durante una reunión con representantes de diferentes vertientes políticas, celebrada anoche en Teherán, Rohani se remitió a la situación provocada por la guerra con Irak, que se extendió de 1980 a 1988, para alertar sobre las situación económica interna en medio de una nueva escalada con Estados Unidos.
“Estamos en una situación difícil pero tengo muchas esperanzas en el futuro y creo que podemos superar estas condiciones, siempre que estemos juntos y unamos nuestras manos” señaló el mandatario preocupado por el impacto interno de las últimas sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos que afectaron severamente el ingreso de sus regalías petroleras.
“Hoy debemos mantener el mismo consenso, crear empatía (con el Gobierno) y no rendirnos”, subrayó, según un comunicado de la Presidencia publicado en las últimas horas y replicado por la agencia de noticias EFE.
Irán atraviesa grandes dificultades económicas debido a las sanciones impuestas por Washington en agosto y noviembre pasados tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015.
El resto de firmantes del pacto (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) han tomado algunas medidas para contrarrestar las sanciones pero hasta ahora no han sido eficaces.
Por ello, Rohaní les dio el pasado miércoles un ultimátum de 60 días para que garanticen las transacciones bancarias de Irán y sus exportaciones de petróleo.
Durante este periodo, Irán va a dejar de cumplir con algunos de sus compromisos con el acuerdo nuclear como son la venta de los excedentes de uranio enriquecido y agua pesada.
seriamente en el futuro”.