Vamos a consolidar Cambiemos, pero no estamos dispuestos a hacerlo a cualquier precio, o en escenarios de especulación que debiliten al Presidente, porque esas decisiones de corto plazo socavan la construcción de esta alternativa. Nuestra amplitud tiene un límite y no podemos confundir amplitud con ausencia de fronteras. El límite de nuestra amplitud está en relación con nuestros valores y principios, con la defensa del liderazgo de Elisa Carrió y con el mantenimiento de la defensa de los principios humanistas de no mentir, no robar y no usar a los pobres.
Porque nuestro partido, al que estoy orgulloso de pertenecer, desde su origen y hasta la actualidad ha representado un proyecto y una idea fundamental: construir una República de Iguales. Los 25 años de lucha de Carrió y los 19 años de existencia de la CC ARI muestran una coherencia en torno a ideas políticas y sostenimiento de las instituciones.
Por eso repito que es un orgullo pertenecer a un partido considerado escuela de la democracia, donde defendemos con convicciones, escuela de la diversidad, porque la democracia es eso la convivencia en la diversidad, un partido donde aprendimos a buscar el consenso, el acuerdo y la alteridad. Y es un partido profundamente humanista porque ponemos en el centro de las decisiones a la persona y su dignidad humana.
Es así que dentro de Cambiemos tenemos el deber de renovar el compromiso con la República, la libertad y la igualdad, pero no se puede convocar a un cambio sin consolidar una nueva matriz política para nuestro país. Por eso trabajamos fuertemente para encontrar sentido y construir una narrativa apoyada y validada por un sistema de ideas, principios, conductas.
Confiamos en Mauricio Macri como candidato a presidente, pero sin perder la sensibilidad y una posición autocrítica. Tenemos que poder seguir hablándole con la verdad a la sociedad, con empatía, admitiendo errores, sin perder la cercanía con nuestros conciudadanos y entendiendo que es un momento difícil para muchos argentinos. También tenemos que entender que el progreso no es lineal, tiene avances y retrocesos, hay que verlo desde una perspectiva histórica y tener claro que es un progreso que se pone por encima de los intereses corporativos. Y aquí no nos tiembla el pulso para rechazar y combatir las especulaciones berretas hacia dentro y hacia afuera de Cambiemos.
Como sostiene el documento político resultado de nuestro Congreso Federal: las elecciones de 2019 no ponen en disputa sólo nombres propios, contraponen dos modelos y culturas políticas. No debemos confundirnos, no estamos frente a un dilema instrumental o de propuestas alternativas, en las próximas elecciones decidimos sobre valores en los que se juega nuestro futuro como Nación. El saqueo, la corrupción y la violencia del pasado contra la transparencia, la integridad y la verdad del presente. Sólo consolidando Cambiemos venceremos ese pasado que ha condenado a la Argentina por décadas.
Cambiemos debe ser ejemplo de la nueva cultura y matriz política de la Argentina. Cambiemos no puede morir antes de nacer replicando las prácticas del pasado y de las culturas políticas del individualismo, la especulación y los “pactos” tradicionales. Pensamos, trabajamos y llevamos adelante una política clásica y humanista a diferencia de una política posmoderna, superflua, mentirosa, falaz y exitista. Vamos a seguir defendiendo Cambiemos, siempre sabiendo que el tiempo de república, libertad e igualdad es ahora.
(*) Presidente de la Coalición Cívica-ARI. Legislador porteño por Vamos Juntos.
Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201905/359646-tiempo-de-republica-libertad-e-igualdad.html