El ex primer ministro británico, Tony Blair, consideró “imperdonable” el desempeño del Laborismo en los comicios celebrados del 12 de diciembre en los que sufrió una dura derrota frente a los conservadores y advirtió sobre “serias consecuencias” para el partido si trata de “encubrir” el revés.
En un discurso en Londres, Blair -que gobernó el Reino Unido entre 1997 y 2007- alertó que esa formación opositora afrontará una situación aún más difícil si no cambia el rumbo de sus propuestas políticas.
“El resultado nos trajo vergüenza. Decepcionamos a nuestro país”, afirmó el ex mandatario, que calificó de “imperdonable” el desempeño laborista en un momento crítico para el Reino Unido, debido a su inminente retirada de la Unión Europea (UE).
En las elecciones de hace dos semanas, los laboristas perdieron 59 escaños y redujo su representación a 203 diputados, lo que representa el peor resultado que sufre la formación desde 1935.
Blair subrayó que los laboristas deberán convertirse en una fuerza política “progresista moderna”, con capacidad para ganar y mantenerse en el poder, según señaló la agencia de noticias EFE.
El líder laborista, Jeremy Corbyn, ya anticipó que abandonará la dirección de la formación a principios del año próximo, una vez que sea elegido su sustituto.
Corbyn se reunió anoche con los diputados laboristas, a los que les dijo que asumía la “responsabilidad” por el resultado electoral.
Los laboristas perdieron circunscripciones donde tradicionalmente ganaban, en el centro y noreste de Inglaterra, así como el norte de Gales, donde en algunos casos cayeron por primera vez en manos de los conservadores del primer ministro, Boris Johnson.
Blair, que ganó tres elecciones generales consecutivas -1997, 2001 y 2005-, señaló que muchos votantes laboristas retiraron este vez su apoyo por la política de la formación sobre el Brexit o salida del Reino Unido de la UE, pero también por otras razones, como las propuestas políticas.
Durante la campaña electoral, Corbyn dijo que, si llegaba al poder, negociaría un nuevo acuerdo del Brexit con Bruselas y después lo sometería al voto de la población británica para que decidiera si lo respaldaba o no, pero que él se mantendría neutral.
Esta falta de claridad del líder laborista, enfatizó Blair, “alejó a los dos bandos del debate (a favor y en contra del Brexit), dejando a nuestros votantes sin guía o liderazgo, ausencia que fue uno de los asuntos más importantes que afrontaba el país y reforzó todas las dudas que ya había sobre Jeremy Corbyn”.
Blair dio a conocer un análisis de la firma encuestadora Deltapoll, que identificó como razones del revés electoral el liderazgo de Corbyn y sus políticas, el riesgo de un gran gasto público, nacionalizaciones de servicios y la percepción de que no hizo lo suficiente ante denuncias de antisemitismo en el partido.
“Esta elección no fue una derrota corriente para el Laborismo”, afirmó.
“La elección que tiene (por delante) el Laborismo es renovarse como un competidor por el poder político británico serio, progresista y no conservador, o retirarse de tal ambición, en cuyo caso con el tiempo será reemplazado (por otra fuerza política)”, agregó.