El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta horas decisivas a la espera de que la Cámara de Representantes vote mañana los cargos por abuso de poder y lleve al Senado el juicio político en su contra.
Se da por descontado que la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, lo hallará culpable de todos los cargos; aunque los republicanos, que son mayoría en el Senado, ya anticiparon que están coordinados con la Casa Blanca y piensan exculpar a Trump.
La Comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, la que elaboró y aprobó los cargos en su contra, publicó ayer el informe con los argumentos legales de las acusaciones en el que se destaca el haber presionado a Ucrania para que investigue a los rivales demócratas.
El documento sostiene que la oficina de Trump presionó a Kiev para que investigue una empresa ligada al precandidato presidencial demócrata Joe Biden y obstruyó al Congreso al tratar de bloquear la investigación de la Cámara.
El presidente “traicionó a la Nación al abusar de su alto cargo para alistar a una potencia extranjera para corromper las elecciones democráticas”, dice el informe de 650 páginas de la comisión Judicial.
Agrega que retuvo la ayuda militar destinada a la ex república soviética para presionar y subraya que “tal conducta” demuestra que Trump “seguirá siendo una amenaza para la seguridad nacional y la Constitución si se le permite permanecer en el cargo”.
El informe señala que el presidente realizó un intento sin precedentes para bloquear la investigación y “encubrir” su mala conducta y subraya que ningún presidente en la historia de la república ha desobedecido una investigación de juicio político.
Trump insiste con que es inocente a la vez que impulsa a su abogado, el ex alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani a investigar a Biden y una teoría varias veces desmentida acerca de que fue Ucrania y no Rusia la que supuestamente interfirió en las elecciones de Estados Unidos de 2016.
Mientras se da por sentado que la acusación será aprobada en la Cámara de Representantes, la atención está puesta en el Senado, donde el líder de la bancada demócrata, el senador por Nueva York Chuck Schumer, solicitó nuevas pruebas y testimonios de funcionarios clave de la Casa Blanca.
El líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, quiere evitar que la sesión se extienda pero Trump, que no reniega de la exposición, prefiere una sesión extensa en la que espera ser reivindicado.
La votación en el Senado, de la que previsiblemente Trump saldrá airoso, sería el 6 de enero.
Schumer quiere escuchar el testimonio del ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton y al jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, entre otras personas.
Pero varios republicanos rechazaron la idea anoche, argumentando que si querían escuchar esos testimonios deberían haberlo solicitado en los tribunales.
“No necesitamos limpiar su trabajo descuidado”, expresó el senador por Iowa Joni Ernst, citado por la cadena de noticias CNN.
Los demócratas quieren interrogar a Bolton por sus declaraciones acerca de que la política exterior que llevada a cabo por Giuliani era un “negocio de drogas” del que no quería participar y a Mulvaney por haber reconocido que la ayuda militar a Ucrania estaba atada a la investigación contra Biden.