El bombardeo del domingo ocurrió durante un intercambio de misiles y cohetes entre grupos armados de Gaza e Israel, y, según el Ejército israelí, el blanco fue un edificio desde el que un cibercomando de Hamas preparaba “un intento de ofensiva cibernética”.
Hasta este hecho nunca antes un gobierno había admitido de forma pública la toma de represalias “cinéticas” -físicas- contra ciberatacantes en pleno combate, algo que despertó temores pero para algunos analistas era algo esperable.
“Creo que no es una evolución en la ‘guerra híbrida’, sino que simplemente es usar una dimensión más de una guerra convencional. Una dimensión que se agrega al mar, la tierra y el espacio”, señaló hoy Oscar Niss, ex director General de Ciberdefensa de la Nación, en declaraciones a Télam.
Algunos países consideran a las armas cibernéticas directamente como un nuevo sistema de armas”
Oscar Niss, ex director General de Ciberdefensa de la Nación
“Algunos países consideran a las armas cibernéticas directamente como un nuevo sistema de armas, distinto por ejemplo de la artillería pesada. Esto fue una respuesta física a una amenaza cibernética. Pero no se trata de guerra híbrida, sino la utilización de otro sistema. Se podría comparar con el uso de armas químicas”, agregó.
Para el ex subsecretario adjunto en el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Paul Rosenzweig, lo que sucedió era de esperar.
“Por error, tendemos a pensar que el dominio cibernético existe aparte del mundo físico, pero no es así”, señaló en declaraciones al sitio especializado CyberScoop.
“Desde que quedó claro que las ciberarmas tendrían efectos físicos y cinéticos, se hizo inevitable que las personas comenzaran a usar armas cinéticas para afectar las operaciones en el dominio cibernético”, sostuvo.